Ninguna Caperucita roja, la Caperucita azul

Como parte de la clase de español fue requerido reescribir un cuento para niños usando los elementos del Modernismo. Algunos de los elementos son el color azul, los cisnes, las joyas, etc. El cuento que escogí fue el de Caperucita Roja y los elementos seleccionados fueron los cisnes y el color azul que lo encontraran más adelante.


 Ninguna Caperucita Roja, la Caperucita Azul.

Había una vez una joven bien bonita que siempre levaba una capa azul. La capa se la hizo su madre y todos la reconocían como Caperucita Azul. Un día Caperucita tiene que cruzar el bosque para llevarle a su abuela unos bizcochos que su mamá le pidió que llevara. Era importante que no se entretuviera en el camino porque allí siempre está el lobo. Caperucita Azul recogió los bizcochos, los puso en su bulto y se encamino a su destino.
Caperucita tenía que cruzar el bosque pero nunca tenía miedo porque siempre se encontraba animales y personas que vivían cerca. Cuando de la nada apareció el lobo y le preguntó: “¿A dónde vas jovencita?” “A la casa de mi abuela” contesto Caperucita. Y así mismo el lobo se fue pensando en ella. Caperucita en vez de seguir con su camino decidió recoger flores y añadírselas a su regalo para la abuela.

Mientras el lobo llegaba a la casa de la abuela un cazador estaba pendiente de todo lo que pasaba. El lobo llegó a la casa de la abuela, le tocó la puerta y ella rápido abrió la puerta pensando que era su nieta. El lobo se la devoró, se vistió como ella y se acostó en su cama a esperar a Caperucita. Cuando Caperucita llegó se dio cuenta que su abuela se veía diferente. “Abuela, abuela, ¡Que ojos más grandes tienes!” “Son para verte mejor.” dijo el lobo imitando a la abuela. “Abuela, abuela, ¡Que orejas más grandes tienes!” “Son para oírte mejor.” dijo el lobo nuevamente.

“Abuela, abuela, ¡Que dientes más grandes tienes!” “¡Son para comerte mejor!” dijo el lobo. Justamente cuando dijo esto se lanzó hacia Caperucita y se la devoró como hizo con su abuela. Como el cazador se había quedado pendiente de todo lo que estaba pasando pidió ayuda  y juntos entraron a la casa para ver el  lobo dormido con una barriga bien llena. Le abrieron el vientre y se encontraron con la abuela y Caperucita, ¡las dos vivas!

Como castigo para el lobo le llenaron el estómago lleno de piedras y lo volvieron a cerrar como si nada hubiera pasado.  Cuando el lobo se despertó, tenía mucha sed y fue a un lago cerca lleno de cisnes para tomar agua. Debido al peso de las piedras se cayó al lago de cabeza y se ahogó.  La abuela y Caperucitas no pasaron nada más que un susto pero Caperucita aprendió la lección. Prometió seguir los consejos de su abuela y su mamá de no hablar con extraños por el camino.
Fin. 

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